La noche del día 7 de noviembre no salía de mi estupor, asombro e indignación cuando el candidato del partido socialista, Alfredo Pérez Rubalcaba, en el debate de campaña electoral con Mariano Rajoy y ante la mirada de millones de personas, reiteraba, una vez más, sus calumnias a la sanidad privada y en especial a la de Valencia, lanzando el mensaje de que "la sanidad privada traslada a la pública a los pacientes complicados”.

Creo que es importante no hacer demagogia con este tema dado que la sanidad privada tiene sus propios pacientes / clientes, que la escogen libremente, pagando un precio para ello (a través de sus seguros de salud) que se suma a lo que ya pagan a través de la seguridad social. Hay que recordar que esto es lo mismo que hablar de un copago voluntario que descarga de pacientes a la sanidad pública y que le genera unos ahorros económicos y asistenciales*. Los hospitales privados de esta Comunidad (Valencia) están perfectamente dotados y capacitados para atender cualquier patología y es más, colaboran con la sanidad pública poniendo a disposición un buen número de camas de uci (de adultos y pediátricas/neonatales). Existe una gran profesionalidad y colaboración entre hospitales privados y públicos, cuyos responsables son conscientes de que si los recursos son escasos, se deben aprovechar los existentes en beneficio de los pacientes. Construir.

En este sentido, caber recordar a Alfredo Pérez Rubalcaba que la sanidad privada, y en concreto el grupo hospitalario que yo dirijo, atiende a pacientes tan sensibles, complicados y crónicos como los que se someten día a tras día a un tratamiento de hemodiálisis. Y lejos de trasladar a estos pacientes a la sanidad pública, en 2001, gracias a tener un excelente control de calidad, unos profesionales de nivel asistencial, humano y dotados de una honradez sin límites, uno de nuestros hospitales en Valencia con una Unidad concertada tuvo la valentía de comunicar que algo estaba fallando en el sistema de filtros de la diálisis. Ese hospital era el Nisa Virgen del Consuelo y su señoría que juzgó el caso, en la sentencia dijo que "la actuación del hospital salvó muchas vidas". Responsabilidad.

Cabe preguntar al candidato socialista si es consciente de lo que es un paciente con daño cerebral adquirido. De lo complicado, largo y costoso que es tratar a estas personas como se merecen. Solo hay que acercarse a alguno de los hospitales donde prestamos este servicio para comprobar la asistencia que se les dispensa, el cariño y la profesionalidad con las que se les trata sin olvidar los medios y las instalaciones que se ponen a su disposición. Asistencia, formación e investigación son premisas clave en estas unidades. Y por si fuera poco y con el ánimo de darles más de lo que sería correcto e ir más allá de lo esperable, la Fundación Hospitales Nisa, tras su recuperación, trabaja para lograr su reinserción a la vida Laboral. Compromiso.

Y Nisa no es la excepción en la sanidad privada, es un grupo más de los que nos honramos en trabajar día a día colaborando con la sanidad pública en la realización de pruebas y tratamientos que requieren la mayor inversión tecnológica como por ejemplo pruebas de PETTAC, tratamientos de radioterapia ó hemodiálisis.

Porque nosotros, el sector sanitario privado, estamos dispuestos a colaborar con el sistema sanitario público en la atención de cualquier patología que consideren oportuno, ya que, como se ha demostrado recientemente en el informe del Idis "Sanidad privada, aportando valor", en él se realizan con independencia de la actividad concertada el 18% de los tratamientos de quimioterapia, el 21 % de los tratamientos de radioterapia y otras actividades de gran complejidad como más de 10 mil intervenciones de cirugía cardiaca al año o más de 23 mil intervenciones de neurocirugía al año.

En este sentido, las declaraciones del candidato socialista inciden de nuevo en la crítica injustificada a un sector clave como el de la sanidad privada, que aporta el 2,51 por ciento del PIB español (27,5 por ciento del gasto sanitario total) y genera más de 250.000 empleos cualificados. El sector sanitario privado representa un elevado peso en el sector productivo español, es un motor de empleo, genera riqueza a la sociedad y esta fundamentalmente financiado (+ del 70 por ciento) por el copago que voluntariamente realizan los usuarios del sector.

Es hora de cambiar, de utilizar todos los recursos más eficientes disponibles en bien de los pacientes, de recuperar la confianza y no destruir empleo con demagogia.

*Según el informe Idis “Sanidad privada, aportando valor”, el sector sanitario privado libera recursos de la sanidad pública (los cerca de 10 millones de asegurados de la sanidad privada descargan 1.448 € al año), mejora la accesibilidad de la población a la asistencia sanitaria a través de una amplia y variada red de centros, colabora y constituye un aliado estratégico del sector público, desarrolla actividad de alta complejidad a través de los más recientes avances tecnológicos, persigue la mejora continua de la calidad en la prestación asistencial, contribuye a la formación de los profesionales sanitarios y es un motor de avances en la investigación.